Este jueves 10 de abril, María Santísima de las Angustias Coronada amanece entronizada en su paso de palio, para presidir la Solemne misa de Reglas en su honor el Viernes de Dolores y realizar la Estación de Penitencia.

Vestida de forma primorosa por las manos de su vestidor Antonio Bejarano, viste la Santísima Virgen saya de raso crema bordada en oro y sedas de colores procedente de una bellísima casulla del siglo XVIII, pieza que fue magníficamente adaptada por una de sus camareras, Guadalupe Ravés y donada por los hermanos Antonio Casablanca, Francisco Betanzos y Francisco Conde, y que estrenó en octubre de 2023 con motivo de su peregrinación a la Catedral de Sevilla para la inauguración del Iº Congreso Nacional de Hermandades de Los Gitanos.

El tocado es una primorosa mantilla del siglo XIX de encaje llamado comúnmente Gallerusa, donado por la Familia Casablanca y estrenado en la veneración extraordinaria del Jueves Santo de 2021.

Estrena puños de encaje de Bruselas del siglo XIX

Como estreno, lleva unos preciosos puños de encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX donado por su equipo de Priostía. El pañuelo siguiendo la línea es también de Bruselas y del mismo siglo.El Rosario de la Juventud

Porta un exquisito rosario de Ágata, un ejemplar muy original dado su material, pues sus cuentas facetadas están realizadas en piedra natural, que en este caso es una ágata roja denominada cornalina. La cruz de este rosario presenta también la curiosidad de estar realizada en una sola pieza de la misma piedra. Al mismo se le incorporó una medalla de oro grabada, que por un lado lleva inscrito: “Grupo Joven 27-10- 2023”, y por el otro, “Ora pro Nobis”, para que permanezca por siempre en su ajuar a modo de oración continua de los jóvenes de la Hermandad.

En este sentido, tanto el pañuelo como el rosario son donaciones de este grupo joven. Un regalo pleno de simbolismo, que podría denominarse “Todo en sus manos”, donde los jóvenes de la hermandad depositan todos sus anhelos, sus esperanzas, sus sueños… en definitiva todo su presente y su futuro.

Manto azul pavo y la mantilla de la Duquesa de Peñaranda

La Virgen de las Angustias porta su manto azul pavo real bordado en oro por Carrasquilla en los años 60 del pasado siglo. A modo de toca lleva su mantilla, una tradicional y emblemática donación de la Señora Duquesa de Peñaranda, que es un delicado encaje de aplicación de Bruselas del siglo XIX que cumple la misión de ese velo casi transparente que simboliza su Pureza, en el que además aparecen motivos decorativos donde predominan las flores y las palmeras de tanta inspiración mariana.

Las joyas de la Virgen de las Angustias, la fe de sus devotos

Lleva diversas alhajas de su ajuar entre las que destacamos el valioso broche de brillantes que le donó su cuadrilla de Costaleros; el puñal de oro donado por Juan Rodríguez Vicente y señora; la cruz y broche de brillantes de la familia Ferreras Romero; broche del patronazgo de los Donantes de Órganos; su medalla de los Desamparados y un rosario de Amatistas con las últimas palabras del Beato Ceferino donado por la familia Conde Leo.

Estrena un broche rectangular del siglo XIX realizado en plata y donado por su equipo de Priostía.

En la memoria de Alberto Gallardo

Lleva nuestra Madre Bendita también, la medalla de la Ciudad de Sevilla que le fue concedida a título póstumo a nuestro querido y admirado capataz Alberto Gallardo Aguilar, Hermano de Honor de la Hermandad, el pasado mes de mayo. Sirva como recuerdo a nuestro hermano y como reconocimiento a su entrega total a su Virgen de las Angustias, ahora que goza ya de su presencia y a la que estamos seguros que colma de piropos de canela y clavo.

El nuevo faldón, una catequesis entorno a las virtudes teologales de la Virgen

Por último, estrena la Santísima Virgen el faldón frontal de su paso, que en breve tiempo será completada la obra en su conjunto. Tal y como se presentó en su día se trata de un diseño de Francisco Conde, desarrollado ornamentalmente por el proyectista Gonzalo Navarro y bordado por Carla Elena en su taller de sucesores de Caro.

Se trata de una pieza de terciopelo azul pavo, bordada en oro y sedas de colores con gran riqueza de técnicas y matices. Se ha pretendido dar una gran importancia a lo simbólico en esta obra por lo que al ser los faldones el objeto que cubre los puntales del paso, se ha querido realizar una semejanza con los puntales de la vida de la Virgen, que son las virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad.

En este caso el faldón central representa la Fe, por eso se ha colocado un óvalo con una escena con la institución de la Eucaristía, la Santa Cena, el “Misterio de nuestra Fe” como lleva escrito debajo en latín, que no solo representa nuestra Fe sino el carácter Sacramental de la Hermandad.

Esta magnífica cartela realizada en sedas de colores procede de una maravillosa Capa Pluvial datada de principios del siglo XVII, cuyas piezas fueron adquiridas por la Hermandad para realizar esta obra y que ha sido restaurada e integrada magistralmente por la bordadora en el conjunto, añadiendo a la belleza del bordado el valor de lo antiguo.

Las fuentes ornamentales se han inspirado en el estilo que predominaba en esas fechas con esa decoración de “candelieri”, que tanto recuerda al manto y que intentan estilizar desde la base de las patas al remate de las perillas de los varales. Aparecen en ella dos pequeñas cartelas en las que se han bordado con sedas azules letanías de la Virgen, copiando fielmente las que adornan el camarín de la Virgen y que en este caso representan a María como Templo del Espíritu Santo y Puerta del Cielo, las letanías más relacionadas con la Fe.

Las flores que llevan bordados los faldones no son casuales, son un pequeño guiño anecdótico, ya que hay un villancico que habla de una de las angustias de la Virgen, la Huida a Egipto, un dolor muy de actualidad desgraciadamente, ante tanto refugiado que sufre lo que sufrió María. El estribillo dice así: “Pobrecita Virgen, va pisando nieve, pudiendo pisar, rosas y claveles”.

Evitar esto, es lo que se ha pretendido simbólicamente, alfombrando lo que serán las pisadas de la Virgen de rosas y claveles, y que a su vez, al que repare en esta sencilla historia le sirva para encomendar a María, a todo aquel que tiene que huir de su país por la causa que sea, que se diluya en todos nosotros la nieve de la indiferencia ante el dolor ajeno.

La Virgen de las Angustias, testimonio de amor y veneración

Este recorrido que hemos hecho por el exorno de nuestra Madre, no pretende ser un frío listado de objetos preciosos ni un inventario, sino un testimonio de amor y veneración, un reconocimiento a la importancia de los “signos” en la estética de nuestras Imágenes.

Todo tiene su “por qué” rosario, pañuelo, puñal, joyas, encajes… y se hacen hermosos y ricos no por frivolidad sino para que reparemos en ellos y sean instrumento para mover a la devoción a través de la belleza.

Que como dijo el Papa Francisco a los artistas hace unos días en el Jubileo del Arte “su misión no sólo es crear belleza, sino revelar la verdad, la bondad y la belleza escondidas en los pliegues de la historia, dar voz a quien no tiene voz, transformar el dolor en esperanza…que sean custodios de la belleza que sabe inclinarse ante las heridas del mundo, que sabe escuchar el grito de los pobres, de los que sufren, de los heridos, de los presos, de los perseguidos, de los refugiados”.

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