La cita será este miércoles 21 de noviembre con salida desde el Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias a las 19:45 horas.
La Hermandad Sacramental de Los Gitanos peregrina este miércoles 21 de noviembre a la Capilla de los Marineros de la Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana para ganar la indulgencia plenaria con motivo del año jubilar 2018, al cumplirse 600 años de su fundación.
La comitiva de hermanos y devotos que “Unidos en la Fe, caminamos en la Esperanza”, partirá desde nuestro Santuario a las 19:45 horas estando prevista la celebración de la eucaristía a las 20:30 horas.
Todas aquellas personas que no puedan realizar el trayecto completo, andando, podrán incorporarse en el Altozano a la llegada de la comitiva.
Se recuerda además, que para ganar la Indulgencia Plenaria, es necesario:
- La confesión sacramental: Hacer una confesión profunda. La confesión puede hacerse el mismo día que se quiere ganar la indulgencia o bien 8 días antes u 8 días después. «Los que se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su ejemplo y sus oraciones» (Lumen Gentium 11)
- La comunión eucarística: Esta debe llevarse a cabo el mismo día en que quiera ganarse la indulgencia, participando de la Sagrada Eucaristía. “La Eucaristía es «fuente y culmen de toda la vida cristiana» (Lumen Gentium 11). «Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua» (Presbyterom ordinis 5)”.
- Orar por las intenciones del Santo Padre: Se debe rezar un Padre Nuestro, una Ave María y un Gloria, ofreciendo nuestras oraciones por el Santo Padre y sus intenciones. Es aconsejable acompañar nuestra oración del Credo, símbolo de la Fe de la Iglesia que practicamos y como muestra de comunión con Ella.