Del 6 al 9 de diciembre, los titulares de Los Gitanos se encuentran en este acto piadoso, con motivo del IIº Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en Sevilla.
Con motivo del IIº Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en Sevilla, los titules de la Hermandad Sacramental de Los Gitanos se encuentran en Veneración.
Para ello, el Señor de la Salud y María Santísima de las Angustias han sido entronizados en el Presbiterio del Santuario en dos pedestales realizados con los respiraderos neogóticos de la Corporación de la Madrugada Sevillana.
Viene el Señor vestido de Majestad, vestido y ceñido de Poder
Por tal motivo, viste Nuestro Padre Jesús de la Salud la túnica realizada por el taller de sucesores de Elena Caro en 2017.
Se trata de una pieza bordada en oro sobre terciopelo morado, que fue donada por un grupo de hermanos y devotos, y que reproduce, fielmente, aquella pieza atribuida a Ojeda desaparecida, tristemente, en la Guerra Civil.
Porta el Señor su Cruz de salida, y sus potencias de oro y rubíes realizadas por Manuel Seco Velasco en 1967. Lo alumbran dos candelabros dorados antiguos y el monte está realizado con flores en tonos rojos y morados, rosas, claveles, celosías, cardos, romero y nardos, estos últimos en recuerdo del perfume con el que fue ungido Jesús por María, la hermana de Lázaro.
La Virgen de las Angustias, Madre y Reina de Los Gitanos
María Santísima de las Angustias viste saya de tisú de plata bordada en oro atribuida a las Hermanas Trinitarias de Cádiz y donada por Francisco Antúnez Espada, conocido futbolista del Betis y del Sevilla. En 1961 siendo entrenador del Recreativo de Huelva, a Antúnez le ofrecieron una prima si lograba acceder a Segunda División, la cual aceptó con la condición de que el regalo fuese una saya para su Virgen de las Angustias. Se logró el triunfo deportivo y se confeccionó la primera saya bordada de María Santísima de las Angustias.
El tocado, mirando un poco al pasado de la Hermandad, se ha realizado con un precioso velo de toalla de encaje del siglo XIX de Encaje de Bruselas, colocado cruzado en el pecho. Los puños son de encaje duquesa del siglo XIX donado por una familia hace unos años. El pañuelo es antiguo de Nipis filipino, bordado exquisitamente con guirnaldas de rosas y fue donado en 2021 por Sandra Cordero. El maravilloso fajín fue donado por un hermano, y está realizado con tejidos de ornamentos sacerdotales del siglo XVIII y XIX.
Lleva, asimismo, su manto azul de terciopelo bordado por el taller de Carrasquilla estrenado en su primera fase en 1962. La bella toca de sobremanto fue realizada con un tul dorado del siglo XIX bordado en hojilla y donado por el Grupo de Mujeres de la Virgen la pasada Cuaresma.
Las joyas de la Virgen, símbolo de Piedad Popular, expresión de amor de sus devotos
Al igual que casi todos los tejidos ya descritos, luce un amplio número de joyas, todas ellas también, símbolo de esa Piedad Popular que estos días ponemos en valor, porque son expresión de amor de sus devotos.
Entre todas, destacamos, el valioso broche de brillantes que le donó su cuadrilla de Costaleros, el elegante broche de oro con brillantes y la maravillosa cruz de zafiros recamada de brillantes realizada en Córdoba repitiendo un modelo de los años veinte del pasado siglo. Ambas piezas donadas por Gabriel Ferreras en recuerdo de su madre.
El broche de brillantes de la Familia Casablanca, el de amatistas y brillantes donado por un grupo de hermanos o el Rosario de oro y corales con medallitas de Vírgenes que llevan grabado estos versos “ Eres Virgen sin pecado, Rocío de amanecer, Valle que sueña el cristiano, Pilar para nuestra fe y Reina de los Gitanos”.
Porta además, en honor de las corporaciones hermanas que van a procesionar en la clausura del Congreso, una Medalla de Oro de la Asociación de la Virgen de los Reyes, la de la Hermandad del Gran Poder y la de la Esperanza de Triana, además de un rosario de oro y perlas con el escudo de la Hermandad de la Macarena, todos ofrendas que en su día, estas Hermandades hicieron a nuestra Titular.
La presea que acarició por dos veces a la Esperanza
Por ello, también porta la Virgen de las Angustias su corona de plata dorada con pedrería que tiene una interesante Historia. La Corona fue realizada en 1929, posiblemente por Eduardo Seco Imberg para la Esperanza de Triana y sufragada por un cofrade suyo.
Por una serie de circunstancias la adquiere la Hermandad de la Macarena, puesto que ceden la de oro al tesoro de la nación en 1936 para sufragar la Guerra. Al poco tiempo les es devuelta su corona de oro por lo que la de plata deja de ser usada, hasta que se le dona en 1941 a nuestra Corporación en la que permanece, siendo usada hasta que en 1991 se realizó la réplica de nuestra corona de oro que luce habitualmente.
Esta histórica corona se usa solo en ocasiones como la que nos ocupa hoy, y que se hace en honor y recuerdo de estas dos queridas hermandades, que van a recibir la devoción de nuestra ciudad en tan entrañable acto.
Es por ello, que esta Hermandad se une en la devoción a María, poniendo en la Bendita frente de la Virgen de las Angustias, una presea que antes acarició por dos veces la Esperanza.
Estrena además la Hermandad a los lados de la Virgen, dos candelabros de bronce dorado al mercurio, con dos ángeles y seis luces, obra de finales del XIX.
María sin pecado original
El exorno Floral está compuesto de Nardos y delfiniums celestes, colores inmaculistas. Y a sus pies la más hermosa flor, la Rosa de los Donantes de Órganos, símbolo de su Patronazgo y recuerdo para que encomendemos a los que sufren la falta de Salud.
Lleva además la Virgen de Los Gitanos, en su mano derecha, la extraordinaria azucena que le bordaron las hermanas Martín Cruz con motivo de su Coronación. La azucena es la flor que simboliza la Pureza de María y por eso, la lleva en esta destacada Festividad de diciembre.
De igual modo, bajo el dosel bordado y enmarcada por el manifestador, preside un pequeño y bellísimo cuadro de la Inmaculada Concepción del siglo XVII.
Y para concluir lo hacemos con este hermoso soneto escrito por el sacerdote Genaro Xavier Vallejos y que parece escrito para estos inolvidables días.
Aurora virginal, celeste Aurora
de tiernas rosas y de luz vestida,
Arca del Sol, Cancel de nuestra vida,
¡apresura, adelanta, que es tu hora!
Aún es noche en el valle.
Aún hay quien llora ciego en las sombras.
Pero ya, vencida al filo de tu luna,
aplasta, herida la sierpe atroz,
tu pie de vencedora.
¡Levántate, Fanal de la alborada!
Vuelve al cristal del agua su alegría,
su verdor al almendro y su mirada al alma ciega.
Y mientras viene el día,
sé Tú nuestra esperanza iluminada,
¡Alba del Sol, purísima María!