El pasado 18 de diciembre,  día de la Esperanza,  el Santuario del Señor de la Salud y la Virgen de las Angustias, acogió el magnífico recital navideño que a beneficio de TODOSCONVALENCIA ofreció el Coro del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla. Con una muy buena entrada, el concierto era gratuito, sin embargo, si se explicó a los asistentes el porqué del acto y el que su solidaridad se tradujera en un donativo que sirviese para paliar una parte de las necesidades de las familias afectadas por la terrible Gota Fría que con tanta virulencia se precipitó sobre tantas localidades valencianas. No se olvidaba a las otras poblaciones de Castilla la Mancha o Andalucía que sufrieron el fenómeno, la Hermandad de Los Gitanos ya ha demostrado estar a la altura, pero se centraba en las ciudades valencianas porque allí la devastación ha sido especialmente atroz.

La Directora del Coro, Ana Alonso, explicó muy gráficamente el objetivo del concierto: «para que todos los días sea Navidad», es decir, para que no olvidemos que ese espíritu especialmente solidario que se le atribuye a la Navidad, habite permanentemente en el corazón humano, de manera que la compasión para con el sufriente sea para nosotros una virtud de todos los días.

Y así se desarrolló el concierto, con piezas que nos transportaban a la Navidad de diferentes países europeos. Inglaterra, Alemania, Ucrania, España, Francia o Portugal, como si de una suerte de reivindicación europeista se tratase. De todas ellas,  la que quizás más nos llegó fue el Romance de Navidad del compositor sevillano Manuel del Castillo, aquella que comienza diciendo «Camina la Virgen pura camino de Nazaret /con su Niñito en los brazos que más bello que el Sol es…». Con esa letra popular a la que D. Manuel puso su música, cantó el genial  Antonio Mairena uno de sus más afamados villancicos flamencos con el compás más puro del cante gitano andaluz. Para paliar la sed del Bendito Niño, la Virgen le pide una naranja de su naranjal a un hombre ciego que le dice que coja las que sea menester. La Sagrada Familia toma tres naranjas y cuando marchan de nuevo al camino, el ciego recupera la vista y da gracias a Dios por ello. Esa bella historia, un cuento de Navidad en toda regla, premia al que ayuda al desvalido.  Justo lo que pedimos al Señor de la Salud y a la Virgen de las Angustias para todas las personas que acudieron a este concierto solidario y superaron con creces la perspectiva de recaudación que se tenía.  Principalmente, porque la entrada era libre y por lo tanto, la aportación voluntaria.

¡Feliz Navidad, nace tu Salud!

Crónica de José Manuel García Ibáñez

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