Para el Solemne Quinario en honor de Nuestro Padre Jesús de la Salud se ha levantado en el presbiterio de nuestro Santuario un altar efímero presidido por el Señor, acompañado por la Santísima Virgen de las Angustias y San Juan Evangelista.

Viste el Señor de la Salud su túnica morada bordada a realce por el taller de Sucesores de Elena Caro y donada en 2017 por un grupo de hermanos y devotos, reproduciendo el dibujo de Ojeda, para devolver al ajuar del Señor la desaparecida en la quema de San Román en 1936.

La Santísima Virgen de las Angustias viste manto de terciopelo con el color morado de la Cuaresma y bordado en oro por Fernández y Enríquez y saya negra bordada en oro por el mismo taller en 2002. A modo de cíngulo lleva una lazada realizada con un precioso galón antiguo donado en 2021 por Enrique Casellas, que le ha sido colocada como entrañable recuerdo para estos días en los que viviremos con gozo su pregón de la Semana Santa.


El tocado es un tul de seda plisado y estrena un precioso pañuelo de encaje de “Chantilli” del siglo XIX donado por el grupo “Mujeres de la Virgen” y que han tenido a bien no solo ampliar el ajuar de la Virgen en cantidad sino en variedad, dado que es un tipo de encaje raro en ese color.

Porta su Puñal de oro y el pectoral donado por el grupo Joven en 1976 de plata sobredorada y amatistas, de esas mismas piedras moradas son el resto de aderezos que lleva la Virgen ,fruto de diversas donaciones.

En el ático del altar se ha simulado un baldaquino que alberga una imagen de la Inmaculada Concepción dogma del que hacemos pública creencia y confesamos en la Protestación de fe. Todo ello rematado por un pabellón con su gran corona real adquirida por la Hermandad este año, a la que se le ha colocado debajo el paño portugués del siglo XIX bordado en aplicación, que ha sido adquirido también por la Hermandad.

 

Bajo nuestros Titulares, un bosque de velas colocadas sobre vistosos candeleros de madera dorados, hasta llegar al banco del altar que es presidido por el Crucificado, que ha sido colocado en un espléndido manifestador de madera dorada, con talla estilo rocalla del siglo XVIII. Enmarcándolo, los cuatro preciosos ángeles mancebos del paso del Señor obra de Francisco Buiza.

En el frontal unos paños del siglo XIX de tisú de oro bordados en oro y seda, del mismo siglo y material es el de la mesa de altar, ambas cosas pertenecientes a nuestra Hermandad. Rematando en las credencias, dos magníficos candelabros florales de siete brazos realizados en bronce dorado del siglo XIX adquiridos el año pasado por la Hermandad para dotar como todo lo anterior del mayor esplendor a nuestros cultos internos, dándole especial importancia a nuestro ajuar litúrgico.

El exorno floral ha sido realizado con iris morados.

 

 

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