Con motivo de la conmemoración de los Fieles Difuntos, nuestra Hermandad en recuerdo de los que nos precedieron y que han finalizado su camino terreno, dedica como recomienda la Iglesia
“sufragios en su honor en particular el sacrificio eucarístico, para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios”.
De este modo consagra su anual novena de Ánimas y tiene gestos como el que es tradición en nuestra Dolorosa de vestir ropajes negros y austeros en el mes de noviembre .
María Santísima de las Angustias lleva saya y manto de terciopelo negro con bordados en oro de inspiración decimonónica por Fernández y Enríquez en 2002.
El tocado es un tejido dorado donado en 2002 por Manuel Ferreiro. El precioso pañuelo es de batista bordada en oro en el siglo XIX regalo de la catequesis de confirmación el año 2016. Puños antiguos de encaje dorado y sedas de José Manuel García.
Estrena a modo de fajin ,una elegante lazada realizada con un magnifico encaje antiguo de oro donado por Enrique Casellas, en cuyo centro se ha colocado un delicado broche antiguo de filigrana dorada y amatistas donado por la familia Casablanca.
Porta su puñal de plata sobredorada de Villarreal y un rosario del siglo XIX de plata y cristal negro facetado donado por un hermano. Con motivo de las Misiones sigue luciendo la medalla de oro que le donó la hdad, del Gran Poder.
También sigue llevando la medalla de la Virgen de los Desamparados en su mano derecha , el broche del Patronazgo de los Donantes de Órganos, y una cruz del siglo XIX de carey, plata y nacar, donada en 2019 por un hermano.
Ver a Nuestra Madre de negro es un signo de respeto pero no de tristeza, porque tenemos esperanza que expresamos en el Credo y la certeza de que nos concede, esa petición que repetimos cada vez que rezamos el Ave María: “ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, amén “