se asoma Santa Isabel
a las doce de las noche
que para ve al niño nacer»
El eco de pizarra nos trae el villancico en la voz de Pastora Pavón, la cantaora de flamenco más grande de la historia, que nació muy cerca del Santuario, un barrio que escuchó los tangos que cantaba de niña y que le dieron su nombre artístico «péinate tú con mis peines, mis peines son de canela».
Ya de mayor visitaba asiduamente San Román, porque como le gustaba decir se bautizó allí ante el Cristo de Los Gitanos. Cuentan que un día en la puerta del templo un grupo de hermanos la saludó, entre ellos Juan Miguel Ortega, que le alabó el pañuelo de rayas de su cuello, diciendo que bonito para la Virgen de hebrea. Pastora de inmediato se lo quitó y le dijo «pues ya es de Ella».
Hoy como es tradicional en nuestra Hermandad, la Virgen aparece vestida de hebrea para estas fiestas de la Navidad, y luce a modo de fajín, este precioso y emotivo regalo de la Niña de los Peines.
La saya y manto de seda y lino realizados por Fernando Calderón, fueron donación de una hermana. A modo de tocado luce la Virgen un mantón bordado adquirido en 2003.
Desde muy antiguo se ha usado el marfil como material para realizar objetos sagrados como imágenes, relicarios, rosarios etc. Tiene el marfil además un gran simbolismo mariano. Ya que por su blancura representa la Pureza de la que llámanos en las letanías del Santo Rosario cómo «Torre de marfil».
Y qué mejor exorno para las joyas que luce la Virgen estos días en los que conmemoramos el nacimiento de Jesús , en el que María permaneció Virgen, antes, durante y tras el parto.
Lleva en «su divina pechera» una preciosa rosa de marfil que donó Soledad Barba al igual que los puños antiguos bordados. Una medalla del siglo XIX con el marfil exquisitamente trabajado, que representa al Niño Jesús como Salvador donada por el equipo de Priostía, y el precioso broche antiguo donado por el grupo de «mujeres de la Virgen». El rosario es del mismo material del siglo XIX y sobre su cruz vemos al Niño Jesús dormido en esa maravillosa metáfora de su Pasión. Fue donado por la familia Casablanca.
El pañuelo es una valiosa pieza del siglo XIX de manufactura filipina, realizado en nipis, es decir con una fibra de piña, tiene bordadas guirnaldas de jazmín y cuatro delicadas escenas campesinas. Fue donado en 2021 por Isabel Leo.
En su cintura porta una estrella de pedrería antigua donada por su devota Francisca Romero a la que encomendamos especialmente por su reciente fallecimiento.
Completa el exorno la medalla de los Desamparados, el broche de Cayetano, el broche de los Donantes de Órganos y su aro de estrellas.
Qué mejor estampa para felicitar las Pascuas, que la de nuestra Madre vestida de hebrea, luciendo ese fajín de tan entrañable historia, que hasta entran ganas de cambiar la letra del villancico :
La Virgen de las Angustias
Entre cortinas se peina
Y no son de plata fina
Sus peines son….de canela.