Como cada 2 de noviembre, conmemoramos la festividad litúrgica de los Fieles Difuntos, la cual tiene su origen hace más de mil año. Es un tiempo de oración “en favor de las almas de cuántos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección». Por todos ellos, pedimos y ofrecemos en sufragio el don más grande que tenemos: la eucaristía.
Célebre es la petición de Santa Mónica, la madre de San Agustín, a ella le daba igual dónde fuese sepultado su cuerpo, pero pidió a sus hijos que “os acordéis de mí ante el altar del Señor donde quiera que os hallareis”.
Con motivo de esta Festividad y de la novena que por Reglas celebra nuestra Hermandad en los días posteriores, en honor de las Ánimas Benditas, titulares de esta Corporación, tradicionalmente, nuestra Madre es ataviada con los colores asociados litúrgicamente a esta fiesta.
Viste María Santísima de las Angustias saya negra bordada en oro en 2002 por Fernández y Enríquez con una estética decimonónica. El manto es de terciopelo de seda morado y lleva su diadema más antigua obra de Villarreal.
El tocado se compone de un tejido antiguo de hojilla dorado donado en 2013 por su Priostía y de un encaje antiguo francés de plata donado por el Cuerpo de Diputados el mismo año.
Estrena el precioso pecherín del siglo XVIII de tisú de plata con bordados en oro y talcos, donado por la familia Conde Leo.
El Grupo de Mujeres de la Virgen ha donado el pañuelo y el Rosario que también estrena. El pañuelo es una exquisita pieza del siglo XIX de Nipis filipino bordado y el Rosario es también del mismo siglo, realizado en plata y cuentas facetadas de una bellísima piedra llamada “Ojo de tigre” por su semejanza con los ojos de este felino. Lleva dos medallas antiguas de plata con la Virgen con Jesús muerto en sus brazos y en otra con el corazón traspasado por los siete puñales. Llevan grabado el nombre del grupo donante y la fecha y la letanía » Consuelo de los Afligidos» con lo que se completa está ofrenda tan adecuada para la festividad.
Lleva puños antiguos de encaje francés de oro donado por un grupo de hermanas en 2010. Y la lazada de la cintura está realizada con un agremán antiguo de hilo de oro donado por Enrique Casellas.
Medalla de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia
Porta, como ocurre desde la pandemia, en la mano del pañuelo, la de su consuelo, la medalla antigua de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, en recuerdo y oración continúa por todos aquellos que por diversas circunstancias viven y mueren desamparados y en soledad.
Desgraciadamente hoy cobra más significación debido a los tristísimos acontecimientos sucedidos en Valencia, donde la palabra más repetida por sus damnificados es «Desamparo», los encomendamos de todo corazón, a los que han perdido sus casas y negocios, a los que han perdido a sus familiares, a las fuerzas del orden y voluntarios que los ayudan en este trance y sobre todo a los que han perdido la vida de una forma tan trágica.
Por todos ellos, y por los difuntos de nuestra Hermandad y familiares, elevamos nuestra más sincera oración
Mi corazón sufre y llora
las Angustias de ese luto,
que hasta el último minuto
pide que veles Señora
y que al llegar nuestra hora
brille perpetua su luz.
¡En el dolor de esta cruz
a tu manto yo me aferro,
que después de este destierro
Tú nos muestres su Salud!